Al intervenir en el 39 período de sesiones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) el jefe de Estado aseguró que esos comportamientos dificultan el diálogo entre quienes piensan diferente, debilitan la convivencia e influyen en el ánimo social.
Aprovechando la desazón que dejó la pandemia de la Covid-19 y los efectos económicos del conflicto en Ucrania, los discursos extremistas y violentos proliferaron en nuestra región y el mundo. Encontraron tierra fértil para fomentar acciones contra la democracia, apuntó.
Fernández alertó sobre la naturalización de expresiones y actos agresivos e instó a combatir la polarización extrema y a quienes intentan debilitar y erosionar las sociedades justas.
No aceptemos resignados que lo hagan. El empeoramiento en la distribución del ingreso y en la calidad y cantidad del trabajo no es causado por quienes creemos en un Estado presente, promotor de políticas activas por la equidad y la inclusión. La desigualdad es consecuencia directa de quienes dejan las soluciones en manos del mercado, afirmó.
Son los mismos que permiten que el ingreso se concentre en pocos mientras la pobreza se distribuye entre millones de seres humanos. Así, la riqueza se acumula en paraísos fiscales y jamás se derrama sobre los más necesitados, añadió.
El presidente indicó que la Covid-19 dejó al descubierto las inequidades existentes y consideró inexplicable que la fortuna de solo 10 hombres represente más que los recursos del 40 por ciento de la población global.
La pandemia se cobró cuatro veces más vidas en los países pobres que en los ricos. La falta de solidaridad quedó patentizada cuando casi el 90 por ciento de las vacunas producidas quedó en manos de pocos, señaló.
Además, alertó sobre la necesidad de realizar esfuerzos conjuntos para enfrentar los efectos de la guerra y buscar soluciones a la hambruna que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, afectará a millones de habitantes.
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