«Por eso, los impuestos que aquí se han modificado tienen que ver con las capas de mayores ingresos de la sociedad y no afecta a la mayoría de los colombianos», explicó el gobernante.
Subrayó que la justicia social y capacidad de pago son dos objetivos que le parecen centrales en los momentos económicos y sociales que viven los colombianos.
Las declaraciones tuvieron lugar en el contexto de una reunión con los partidos de Gobierno esta mañana, donde también el jefe de Estado señaló que no presentarán impuesto a las pensiones.
En el debate se modificó la tributación del sector de hidrocarburos que trabaja con bienes públicos, de propiedad de la nación, como el petróleo y el carbón.
En ese sentido -dijo Petro- se mantiene que las regalías en todo el sector minero no sean deducibles del impuesto de renta por un criterio básico y fundamental, los bienes del subsuelo de la nación, desde la Constitución de 1886, son propiedad de la nación, propiedad pública y del pueblo colombiano.
Detalló que en esa medida, la nación, cuando concede su explotación económica por un particular, tiene el derecho a unas regalías y, por tanto, estas no son parte de la contabilidad de las empresas privadas que tienen esa concesión y no son, entonces, deducibles de su impuesto de renta.
Añadió que modificaron la sobretasa al impuesto de renta que la propuesta de reforma contiene y en tal sentido para el sector petrolero y el sector carbonero dependerá del precio internacional del petróleo y del carbón.
De acuerdo con el analista Rodrigo Uprimny Yepes, el actual sistema tributario de Colombia «es pésimo» porque recolecta mucho menos dinero que países con igual nivel de desarrollo.
Considera que está lleno de excepciones y de privilegios tributarios para algunos, lo cual dificulta el recaudo y facilita la evasión, que es altísima.
Por esos mismos privilegios, no es equitativo ya que, por ejemplo, empresas con actividades semejantes pagan tarifas diversas simplemente porque una de ellas logró estar en una zona franca, privilegios, además, que distorsionan y obstaculizan la actividad económica, agrega el académico.
Finalmente, asegura que esos privilegios benefician sobre todo a los más ricos y por el peso excesivo del IVA, el sistema no es progresivo.
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