El lugar de concentración está ubicado junto al Puente Internacional Paso del Norte y, según las fuentes, se trata de un campamento que han levantado con cobijas y casas de campaña, ya que no quieren retirarse del muro fronterizo, con la esperanza de ser aceptados por el gobierno estadunidense.
Los migrantes se niegan a ser reinstalados en otros albergues con mejores condiciones y prefieren quedarse en la calle junto a la frontera con El Paso, Texas, pero su situación es de suma vulnerabilidad, ya que el clima los ha castigado al igual que a otros migrantes, por bajas temperaturas, vientos gélidos y algo de lluvia.
En este campamento hay más de 230 migrantes de origen venezolano que, de cumplirse las condiciones de no haber intentado entrar por tierra desde México planteadas por Washington para otorgarles visas de las 24 mil prometidas, no tienen oportunidad de lograrlas, pero aún así se mantienen en la frontera.
Frente al crecimiento exponencial de migrantes venezolanos en México, que supera los 35 mil y la falta de espacios para brindarles alojamiento durante su estancia particularmente en Ciudad de México, las autoridades federales y capitalinas estudian reabrir el albergue migrante en Iztapalapa, que estuvo vigente entre mayo y junio de este año para los ucranianos.
Luego del programa anunciado por los gobiernos de México y Estados Unidos que comenzó a operar el pasado 18 de octubre para brindar 24 mil visas a venezolanos que tramiten el permiso a través de una página web y que lleguen vía aérea, los devueltos suman más de mil 760.
Ante la falta de condiciones para albergarlos, el comisionado Andrés Ramírez destacó que mantendrán la colaboración con la sociedad civil que se dedica a buscar apoyo a los migrantes venezolanos, con el establecimiento de estancias temporales.
mem/lma