El presidente de la República, Michel Aoun al firmar la carta aseguró que completar el expediente de la disputa constituye un trabajo técnico sin ninguna dimensión política o efectos que contradigan la política exterior del Líbano en sus relaciones con Tel Aviv.
A menos de tres días para el fin de su mandato, el jefe de Estado reafirmó que Líbano obtuvo sus derechos a beneficiarse de su zona económica en el mar y explicó que la arena del sur ahora es estable.
Según la descripción del mediador estadounidense, Amos Hochstein, el acuerdo de demarcación es seguro y protegido que confirma la adhesión de Líbano a los campos especificados en las aguas nacionales.
En este sentido, Hochstein expresó el país se convertirá en un Estado productor y exportador de gas y petróleo luego de completar los trabajos en los campos del sur, comenzando por Qana.
Sobre este tema, el mediador aseguró que nada en este acuerdo obstaculizará el trabajo en el lado libanés bajo la supervisión de la compañía francesa Total.
La posibilidad de invertir en sus recursos naturales activará la economía y restaurará la confianza internacional en Líbano, además de brindar una nueva oportunidad laboral para la juventud, subrayó Hochstein.
Por su parte, el vicepresidente del parlamento, Elias Bou Saab, uno de los miembros de la delegación en las conversaciones indirectas explicó los detalles de las negociaciones, sus dificultades y las fortalezas de Líbano representadas por la unidad de posición.
El legislador puntualizó que la presencia de la Resistencia islámica libanesa y sus armas constituyó un factor fuerte en el expediente de demarcación con Tel Aviv y en ese sentido, dijo: “estas palabras pueden gustar a algunos y molestar a otros, pero es la verdad”.
Ante este escenario, el secretario general de Hizbulah, Hassan Nasrallah, confirmó que las negociaciones sobre el expediente de demarcación fueron indirectas y desmintió la sospecha de normalización con Tel Aviv.
Durante la inauguración ayer de la exposición «Mi Tierra» en esta capital, el líder de la Resistencia islámica explicó que hablar de reconocimiento de Israel no es cierto, porque la solución de la disputa no se considera un tratado, sino un acuerdo sobre las fronteras marítimas.
Por su parte, medios israelíes reconocieron que el acuerdo de gas con Líbano se llevó a cabo bajo presión y amenazas y “es inapropiado desde nuestro punto de vista”.
Líbano ha obtenido el ciento por por ciento de las demandas en la disputa con la nación vecina, así lo confirmó ayer por la noche el New York Times desde su oficina en la Jerusalén ocupada.
Naciones Unidas, Estados Unidos, Francia, Türkiye y Jordania dieron la bienvenida al acuerdo y expresaron su esperanza de que el entendimiento contribuya a llevar la paz y la estabilidad a la región del Mediterráneo oriental.
Las conversaciones indirectas para determinar la frontera marítima entre Israel y Líbano comenzaron el 14 de octubre de 2020 y luego de una pausa desde 2021, la presencia de la plataforma greco-británica Energean Power en las aguas del sur avivó a inicios de junio pasado la disputa entre las dos naciones.
Ambos países están en situación de guerra desde el establecimiento del Estado de Israel en Palestina en 1948 y a lo largo de estos años muchos crímenes y ataques perduran en la memoria del pueblo de Líbano ante las ambiciones de Tel Aviv por apoderarse del agua del río Litani y la riqueza petrolera y gasífera.
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