Durante una reunión de despedida con la prensa acreditada en el Palacio de Baabda, el jefe de Estado afirmó que el gabinete actual “no goza de confianza, no puede gobernar y no hay voluntad para el primer ministro designado, Najib Miqati, con respecto a su integración”.
Aoun indicó que debe existir unidad en los criterios de formación y en ese sentido, dará una oportunidad al equipo de Miqati hasta el final de su mandato este 31 de octubre.
En los detalles, el mandatario libanés puntualizó que el primer ministro no adopta con el bloque Líbano Fuerte y la Corriente Patriótica Libre, los mismos criterios que con el resto de las fuerzas políticas, divulgó la Agencia Nacional de Noticias.
Al abordar los desafíos de sus seis años de gestión, Aoun mencionó el enfrentamiento a más de un millón 800 mil refugiados, una tesorería vacía, la explosión del Puerto de Beirut en agosto de 2020 y la crisis de la Covid-19.
En cuanto a la solución de la demarcación de la frontera marítima con Israel, el mandatario enfatizó que Líbano obtuvo todo el campo de Qana y el enemigo no puede retirarse del acuerdo.
Destacó que la idea de la paz con Tel Aviv está fuera de discusión y no existió contacto directo ni conversación entre Líbano y el país vecino, todo sucedió a través de un mediador estadounidense.
Aoun finalizará su mandato el próximo lunes y en caso de un vacío de poder, las funciones serán delegadas en el Consejo de Ministros, de conformidad con el artículo 62 de la carta magna.
Incapacidad de formación de gobierno desde junio último y fragmentación en el Parlamento complejizan el hallazgo de consenso para designar al nuevo representante de la comunidad cristiana maronita en ocupar el cargo de presidente de la República libanesa.
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