Cuando restan pocas horas para la salida del presidente de la República, Michel Aoun, del Palacio de Baabda, las contradicciones y disputas complejizan un criterio unificado en relación al próximo representante de la comunidad cristiana maronita en desempeñar el puesto de jefe de Estado.
En medio de este escenario, un gabinete interino ante la imposibilidad de formar un gobierno desde junio pasado agrava la crisis política-social de la nación que festeja de un lado la demarcación de la frontera marítima con Israel y enfrenta un resurgir del cólera por primera vez desde 1993.
Aoun, el mandatario más longevo en asumir el cargo con 83 años, aprovecha las jornadas de despedida para hacer balance a una gestión marcada por las manifestaciones populares en 2019, la explosión del Puerto de Beirut en 2020, el colapso económico y bancario y el enfrentamiento a la Covid-19.
En declaraciones a televisoras locales, el presidente muestra satisfacción por la victoria en la disputa marítima con Tel Aviv al enfatizar que la posibilidad de invertir y extraer gas y petróleo constituye la esperanza para los libaneses ante el aumento de la pobreza.
Sobre la ocurrencia de un vacío presidencial y la ausencia de un gobierno real, el mandatario libanés indicó que el escenario es muy disfuncional y la situación actual dificulta la solución, aunque aseguró no poner barreras si las cosas marchan hacia la integración del gabinete.
Luego de cuatro sesiones parlamentarias fracasadas, el horizonte no vislumbra un nombre destacado a la presidencia, aunque para los analistas las principales opciones son el líder de la Corriente Marada, Suleiman Franjieh, y el comandante del Ejército, Joseph Aoun.
Sin embargo, ninguno de los dos recibió la mayoría legislativa de 65 diputados, y por tanto, el titular del órgano, Nabih Berri, iniciará consultas con los bloques parlamentarios para intentar persuadir y lograr el consenso requerido.
Ante este panorama, bloques parlamentarios y diputados insistieron en la necesidad de recurrir a la política de diálogo constructivo para fortalecer la unidad nacional, a favor de la patria y el futuro de sus generaciones.
Desde el exterior, el Grupo de Apoyo internacional, la Liga Árabe y Francia pidieron evitar un vacío de poder al señalar que el nombramiento del próximo mandatario libanés requiere de unificar al pueblo y trabajar con la comunidad regional para superar la crisis económica y humanitaria.
En este contexto, el miembro del Consejo Central de Hizbulah Sheikh Nabil Qaouk rechazó la interferencia extranjera en las elecciones del presidente de la República, que buscan la confrontación interna con la Resistencia.
La seriedad comienza cuando hay consenso nacional para elegir un presidente de la República que saque al país de sus crisis, proteja la unidad nacional, la soberanía y enfrente las ambiciones del enemigo, sentenció el representante de Hizbulah.
El jefe de Estado actual, Aoun, concluirá mañana su mandato y de acuerdo con la Constitución en caso de vacío, un gobierno con plenos derechos deberá asumir la responsabilidad hasta la designación del próximo presidente de la República Libanesa.
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