El timonel del TSE, Alexandre de Moraes, informó que después del cierre del sufragio llamó al abanderado del Partido de los Trabajadores y a su adversario, el mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, quien ambicionaba reelegirse por el Partido Liberal.
«Llamé personalmente para conversar con ambos candidatos, Luiz Inácio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, diciendo que la Justicia Electoral ya estaba apta para proclamar el resultado», señaló a la prensa el ministro.
Manifestó que conversó con ambos y los saludó por su participación en el juego democrático.
Aclaró que no habló con el exmilitar sobre un posible cuestionamiento del resultado en urnas y reafirmó creer que esto «no ocurrirá».
Explicó que Bolsonaro lo atendió con extrema educación y agradeció la llamada, al igual que el exsindicalista.
De Moraes informó además que Brasil cerró las elecciones con el mayor número de votos en candidatos de la historia nacional desde la redemocratización.
De los 156 millones de votantes aptos, 124,1 millones de personas o el 75,8 por ciento del electorado depositaron sus votos.
El porcentaje de electores que no fueron a las urnas también sorprendió: es menor que el registrado por el TSE en la primera vuelta. El 2 de octubre, 32,7 millones de brasileños no asistieron a sus lugares de votación, índice de 20,95 por ciento.
Ahora, los datos del TSE apuntan una abstención de 32,6 millones de brasileños, un porcentaje del 20,56 por ciento.
Con un ciento por ciento de las mesas escrutadas, Lula recibió este domingo un 50,90 por ciento de los votos válidos y Bolsonaro un 49,10.
Ambos disputaron el balotaje por no lograr en el primer turno la mayoría absoluta de votos, es decir, más de la mitad de legales (excluidos blancos y nulos), como establece la legislación para ser electo.
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