La propuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, detenida en el congreso, apunta a eliminar el actual INE y el Tribunal Electoral y crear nuevas instituciones con mecanismos más transparentes de actuación, reducción de funcionarios y salarios y de presupuestos y mayor democracia en la elección a cargos.
Para contrarrestarla, sus líderes opuestos al gobierno encargaron la encuesta en septiembre pasado la cual les fue adversa pues más de la mitad de ciudadanos entrevistados se manifestaron en favor de la reforma electoral, un 78 se mostró de acuerdo en que consejeros y magistrados sean elegidos mediante voto popular, 87 por reducir diputaciones y senadurías, mientras 72 opinó que los partidos políticos reciben mucho dinero.
Las cifras no fueron publicadas por el INE y según fuentes del propio instituto se las guardaron por ser favorables a esos puntos que forman parte de la iniciativa del cambio constitucional en la materia enviada en abril de este año al Congreso por el Ejecutivo, y desde entonces el debate está estancado.
El asunto radica en que como se trata de una reforma a la Constitución, se requiere el voto favorable de la mayoría calificada, es decir, tres cuartas partes de los legisladores, y el partido oficialista Morena y sus aliados solamente tienen la mayoría simple, por lo que es necesario ganarse a una parte de la oposición que actúa en bloque contra la propuesta.
Entre las principales propuestas de la eventual reforma la encuesta destaca que 78 por ciento está en favor de que las consejerías y magistraturas sean electas por los ciudadanos, y 52 por ciento en que el INE sea sustituido por un Instituto Nacional de Elecciones y Consultas (INEC).
Ninguna cifra de esa consulta favoreció al INE, pues también bajó la percepción positiva hacia el instituto que disminuyó 11 puntos a 56 por ciento en relación con 2021 y aumentó la negativa en cinco, a 22.
En tanto, 43 por ciento de los encuestados creen que el instituto gasta demasiado: de este grupo, 55 por ciento está en favor de reducir su presupuesto, propuesta planteada en la reforma electoral”.
Pero lo más importante es que 85 por ciento considera que la reducción al presupuesto del INE no afectaría su derecho a votar como siempre ha sostenido su actual presidente, Lorenzo Córdova, para justificar las insuficiencias del organismo denunciadas por el gobierno en los últimos ejercicios comiciales.
Lo cierto es que Córdova y su brazo derecho Murayama se preocuparon tanto por los resultados de su propia encuesta que decidieron reservarla porque, además, en las opiniones de la gente salieron a relucir sus grandes salarios de 12 mil dólares mensuales, además de cifras muy altas también de gastos de representación, prestaciones sociales y otras muchas más.
A ambos no les quedó otra alternativa que entregarla al congreso cuando se los exigió el representante de Morena ante el INE, Mario Llergo, quien acusó al organismo de ocultar esta encuesta que favorece la reforma electoral y derriba los argumentos golpistas del consejero Córdova contra el movimiento encabezado por el presidente López Obrador.
Morena denunció que el episodio revela la total opacidad de la actual dirección del INE porque fue solamente el 1 de este mes que accedieron a enviarle a su representante en el instituto los resultados.
Lo que más les duele, según Llergo, es que la encuesta reveló que casi ocho de cada 10 mexicanos está de acuerdo en que los consejeros del INE y los propios magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación sean electos a través del voto libre, secreto y directo del pueblo, el 52 por ciento que se elimine el INE y se constituya el INEC y se les reduzca drásticamente sus exagerados salarios.
mem/lma
