Son datos del levantamiento médico realizado en todas las prisiones del país por los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
El informe da cuenta de que al cierre de octubre 14 mil 691 personas están tras las rejas y el 95 por ciento de ellas mantiene consumo de drogas, alcohol y tabaco, y en particular cocaína.
El gerente general de ASSE, Eduardo Henderson, confirmó en el Parlamento el grave problema de adicciones en las cárceles.
De acuerdo con el reporte, el flagelo incluye el consumo de medicamentos como quetiapina, un antipsicótico suministrado en los propios centros para tratar casos de esquizofrenia y diversos trastornos mentales y depresivos.
Ante la Comisión de Seguridad y Convivencia de la Cámara de Diputados, el comisionado parlamentario, Juan Miguel Petit, planteó a los legisladores la posibilidad de derivar a los internos con severos problemas de adicción a la justicia terapéutica.
El objetivo es que puedan cumplir su sentencia en establecimientos adecuados de salud.
Un informe del Ministerio del Interior divulgado por el diario El Observador afirma que la tasa de población penal uruguaya es de 413 por cada 100 mil habitantes, lo que ubica al país en el noveno lugar mundial.
Ante los diputados Petit dijo que el sistema penitenciario tiene un 21 por ciento de hacinamiento, con 132 reclusos por cada 100 plazas disponibles.
El comisionado apuntó que en lo que va de año aumentó en 28 por ciento el número de mujeres en prisión, tres veces en relación a los hombres.
«Diría que el sistema carcelario es una llaga estructural, dolorosa, desesperante, vergonzante para el Uruguay», aseguró.
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