Documentos en poder de la Fiscalía señalan que por ese entramado delictivo fueron arreglados papeles en el Consulado uruguayo en Kiev, la capital de Ucrania.
El diario El País revela además que se fraguaron decenas de partidas de nacimiento de ciudadanos rusos en el pueblo de San Javier, departamento de Rio Negro, para otorgar partidas oficiales a ciudadanos de Ucrania.
El pueblo de San Javier es una colonia en Río Negro, departamento ubicado al centro este de aquí.
Al llegar la dictadura militar (27 de junio de 1973), muchos descendientes rusos emigraron a Rusia.
Dos leyes nacionales habilitan a que hijos naturales y nietos de uruguayos pueden obtener la ciudadanía.
Amparándose en ellas, la organización delictiva tomaba partidas de nacimiento de uruguayos y le agregaban el nombre de su cliente ruso como hijo natural o nieto, refiere la publicación.
Y agrega que una vez conseguido el pasaporte nacional los «ruso-uruguayos» viajaban por Europa o Estados Unidos y lo mismo ocurría con ucranianos.
La investación sobre el exjefe de custodia presidencial, que operaba la banda delictiva desde la propia sede ejecutiva, continúa aquí, aunque sus resultados salen a la luz a cuentagotas.
En audiencias realizadas en el Juzgado Penal, la fiscal Gabriela Fossati explicó el rol de cada uno de los integrantes de la banda.
El ruso Alexey S. u otro mandatado por él oficiaba de traductor ante la Dirección de Identificación Civil; el escribano Álvaro F. elaboraba la documentación, y el excustodia Alejandro Astesiano era el “facilitador” de las partidas para obtener la ciudadanía uruguaya por parte de ciudadanos rusos.
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