Pero esta iniciativa cuenta con bastante rechazo republicano, a medida que se intensifican las negociaciones con el Congreso, según reporta el diario The Hill en su sitio digital.
El mandatario demócrata visitó Lake Charles, ciudad con aproximadamente 80 mil residentes que fue golpeada por huracanes consecutivos el año pasado, y allí habló sobre un paquete de gastos que beneficiaría al área y según dijo, generaría trabajos.
La parada del jueves en Luisiana es la primera incursión de Biden en un estado que apoya en su gran mayoría al Partido Republicano, justo cuando busca el apoyo de la bancada roja en el Congreso.
El jefe de la Casa Blanca comenzó a promover su plan de infraestructura a fines de marzo, iniciando una serie de reuniones y negociaciones con los legisladores sobre posibles cambios en su alcance y cómo pagarlo.
Ahora, el presidente insiste en que su idea inicial de pagar ese proyecto mediante el aumento de la tasa de impuestos corporativos es razonable.
De hecho, el argumento principal de los republicanos para rechazar el llamado Plan de Empleos Estadounidenses radica, precisamente, en el acápite que prevé elevar la tasa tributaria corporativa del 21 al 28 por ciento y aumentar impuestos sobre las ganancias extranjeras de empresas norteamericanas.
En lugar de presentar la idea tradicional del apoyo o no de los republicanos en el Congreso, la Casa Blanca defiende que la propuesta de Biden es bipartidista al señalar cómo encuestas públicas arrojan fuerte apoyo entre votantes de la fuerza roja y otros independientes.
Biden ha mantenido durante los últimos días múltiples reuniones con legisladores de la Cámara de Representantes y el Senado de ambos partidos para discutir la propuesta de infraestructura e ideas sobre cómo sustentarlo.
Asimismo, reitera que está abierto a negociaciones sobre cómo pagar el paquete y los aspectos qué debería contener.
Pero apunta que está preparado para avanzar en cierto punto con o sin el apoyo de los legisladores republicanos.
Desde hace varias semanas, el gobernante demócrata intenta vender su proyecto a los votantes, con la mira puesta en las elecciones de medio término en 2022.
Biden promete dedicar cientos de miles de millones de dólares más para la construcción de carreteras y puentes, mejorar la red eléctrica y el sistema de acueductos, reconstruir hogares y poner en marcha la fabricación de vehículos eléctricos.
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