Al término de la segunda reunión para tratar este tema -en esta ocasión realizada de manera virtual-, la directora del Servicio Nacional de Migración del país canalero, Samira Gozaine, llamó a respetar y cuidar la selva de Darién, en la frontera con Colombia, convertida en ruta hacia la norteña nación.
En ese sentido, instó a promover políticas y acciones conjuntas que desestimulen el paso por la peligrosa jungla, en alusión a los más de 210 mil viajeros que han transitado en lo que va de año, cifra récord.
Los migrantes, precisó, son recibidos en estaciones de recepción donde reciben alimentación y servicios sanitarios, en una operación humanitaria que ha involucrado más de 50 millones de dólares desde 2020, según datos oficiales.
Para Gozaine se deben encontrar soluciones al flagelo a nivel regional, ya que la migración irregular no es solo un problema de estos tres países.
Por su parte, la directora costarricense de Migración, Marlen Luna Alfaro, señaló que a su gobierno le resulta muy difícil controlar el flujo migratorio norte-sur hacia Panamá, en su mayoría de nacionalidad venezolana.
Los tres países emitieron un comunicado en el que también abogaron por un encuentro con organismos internacionales-antes de diciembre- para que se agilice la entrega de fondos que requiere con urgencia Panamá para atender el problema de la migración irregular.
Esta reunión, en la que espera esté presente la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), será gestionada por Estados Unidos, a fin de que se dé una canalización adecuada de los recursos.
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