En su cuenta de Twitter, el jefe de la diplomacia anunció que fue el ministro del Interior, Juan Zapata, quien rubricó en representación del ejecutivo ecuatoriano el nuevo acuerdo relacionado con trazabilidad de armas, explosivos y bases de datos compartidas.
Holguín agradeció a la embajada estadounidense y a su principal representante, Michael Fitzpatrick.
La cartera del Interior precisó que el pacto servirá para fortalecer, a través del sistema e-Trace (rastreo electrónico), los resultados del procesamiento de hechos punibles cometidos con armas de fuego ilícitas y mejorar estrategias de investigación en aras de reducir la criminalidad.
El gobierno ecuatoriano y su presidente, Guillermo Lasso, esperan la colaboración de Washington para contener la ola de violencia existente en la nación andina que, según el ejecutivo, se debe a la disputa de bandas criminales por el control del tráfico de drogas.
En la actualidad, el problema de Ecuador es que no tiene una política propia para enfrentar el narcotráfico como una de las causas de la violencia, y eso hace al ejecutivo buscar ayuda en el exterior, explicó a Prensa Latina el experto en temas de seguridad Fernando Carrión.
Alertó que debería ser un pedido de respaldo multinacional, no puede ser a un solo país “porque si no, terminamos haciendo la política que esa nación quiere para beneficio propio”.
De acuerdo con analistas, Ecuador significa hoy un enclave de interés para el gobierno estadounidense teniendo en cuenta los cambios políticos en la región, sobre todo en países como Colombia, que hasta hace poco era un aliado incondicional de la Casa Blanca.
En los últimos dos meses visitaron el país suramericano una delegación de senadores norteamericanos y la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la comandante Laura Richardson.
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