Reportes imprecisos sobre las consecuencias del ataque afirman que docenas de personas murieron, pero se abstienen de mencionar heridos; ninguna fuente independiente tiene acceso a la zona debido a las condiciones de inseguridad prevalecientes.
Portavoces oficiales acusaron a los grupos armados islamistas que operan en el país desde 2015 de atacar la aldea de Djibo, localizada a 203 kilómetros al norte de esta capital.
En contrapartida, la Comisión de Derechos Humanos de la ONU responsabilizó al gobierno castrense del capitán Ibrahim Traore por ordenar ataques artilleros sistemáticos en una radio de 10 kilómetros en torno a la base del Ejército en la zona como protección contra los asaltos de los movimientos armados islamistas.
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