Creo que es demasiado poco, y llega demasiado tarde, afirmó el diputado laborista Stephen Kinnock, poco después de que la ministra del Interior, Suella Braverman, y su contraparte francesa, Gérald Darmanin, firmaron el pacto este lunes en Paris.
Según Kinnock, quien se desempeña como ministro de Inmigración en el llamado gabinete a la sombra (opositor), los conservadores tuvieron 12 años para tratar de arreglar el sistema de asilo y fracasaron.
Tenemos 40 mil refugiados en hoteles que le cuestan seis millones de libras esterlinas (siete millones de dólares) diarios a los contribuyentes británicos, y otros 10 mil llevan más de tres años esperando una respuesta a sus solicitudes de asilo, aseveró.
En opinión del diputado laborista, esa situación estimula a los traficantes de personas y a los migrantes a escoger al Reino Unido como destino, porque saben, dijo, que podrán estar años en el país a la espera de que se resuelvan sus casos.
Como parte del nuevo acuerdo, Londres pagará 63 millones de libras esterlinas anuales (unos 74 millones de dólares) a la Policía francesa para que aumente en un 40 por ciento el patrullaje de la costa norte de ese país, y adquiera más tecnología de vigilancia, incluidos cámaras y helicópteros y perros rastreadores.
Contempla además la inserción, por primera vez, de especialistas británicos en esas operaciones, y la creación de un puesto de mando conjunto, y de instalaciones para alojar y procesar a los migrantes en suelo francés.
Está previsto además la formación de una fuerza de tarea enfocada en revertir el reciente incremento en la llegada de personas procedentes de Albania, y en combatir al crimen organizado que controla las rutas de migración ilegal en Europa Occidental y el Reino Unido.
La firma del acuerdo entre Londres y París se produjo un día después de reportarse que en lo que va de año, más de 40 mil personas cruzaron el canal de La Mancha en botes de goma y otras embarcaciones endebles, en busca de asilo en el Reino Unido.
La oleada de migrantes, que la ministra Braverman calificó recientemente de “invasión”, se produce a pesar de que el Gobierno conservador planea deportar a Ruanda a quienes lleguen al país de forma irregular.
Al respecto, Kinnock dijo que de llegar al poder en las próximas elecciones, los laboristas darían marcha atrás a las controvertidas deportaciones, y utilizarían esos fondos para reforzar la Unidad Nacional de Lucha contra el Crimen, e ir contra las bandas de traficantes de personas.
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