Según ese medio de prensa, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) tuvo acceso a audios de miembros de esa agrupación en Espacios de Twitter, una función de esa red social que permite tener conversaciones en directo.
En los diálogos colectivos, Morel y sus compañeros invitaban a cientos de personas a cometer atentados contra el presidente Alberto Fernández, la vicemandataria Cristina Fernández y otros funcionarios del Gobierno del Frente de Todos (FdT).
Además, pedían tirar agua hirviendo a los ciudadanos que participaban en manifestaciones para apoyar al FdT, prender fuego a instituciones oficiales y a los domicilios de los dirigentes, desfigurar los rostros de sus seguidores y estrellar una aeronave contra la casa de la también titular del Senado.
“Por Alá, le tiramos un avión como al Pentágono de Estados Unidos (…) Por favor, alguien que esté yendo para el Aeroparque que se desvíe, un retirado de la fuerza, necesitamos un hombre bomba», señala Morel en uno de los archivos analizados por la Unidad Operacional Antiterrorista y de Control de Actividades que atenten contra los Poderes Públicos y el Orden Constitucional de la PSA.
Hay que matarlos a todos, dice en otra de las conversaciones, las cuales tuvieron lugar días antes del atentado contra la ex jefa de Estado, perpetrado el 1 de septiembre.
El informe de la Policía fue entregado al juez Marcelo Martínez de Giorgi y al fiscal Gerardo Pollicita, quienes señalaron que las acciones de Revolución Federal en las redes sociales y en las calles constituyen “uno de los factores que provocaron un clima de violencia, cuyo acto de mayor gravedad institucional resultó ser el intento de magnicidio”.
Sin embargo, la jueza María Eugenia Capuchetti y el presidente de la Cámara Federal porteña, Mariano Llorens, descartaron vincular la investigación sobre los actos de la organización extremista con el ataque a la vicemandataria, lo cual fue denunciado por los abogados de la política.
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