Invitamos al presidente Aleksandar Vucic, y al primer ministro kosovar, Albin Kurti, a Bruselas para un encuentro de alto nivel y esperamos que tenga lugar pronto, anunció en rueda de prensa el portavoz de Exteriores de la UE, Peter Stano.
La más reciente escalada de tensiones comenzó cuando las autoridades de Kosovo, provincia serbia que se proclamó independiente de forma unilateral en 2008, prohibieron la circulación a vehículos con matrícula serbia y fijaron el 1 de septiembre como fecha límite para el cambio de documentación.
Sobrevino entonces el cierre de los pasos fronterizos, por lo que el Ejecutivo de Pristina aplazó la polémica medida.
Belgrado advirtió que el objetivo de la normativa es expulsar a la población serbia que reside en la parte norte del territorio autónomo y crear el caos.
Vucic acusó a Kurti de pretender imponer medidas a las que no tiene derecho y que son contrarias a los acuerdos entre las partes, alcanzados tras un diálogo auspiciado por la UE.
Mientras, la recién investida primera ministra serbia, Ana Brnabic, aseguró que su nuevo Gobierno aspira a entrar en el mecanismo regional, pero advirtió sobre un grupo de requisitos aun sin cumplir para integrarse al ente comunitario.
Bruselas condiciona la adhesión de Belgrado a la UE al seguimiento a su política de medidass coercitivas contra Rusia, y también le exige «mejorar» la relación con Kosovo.
Brnabic, quien ostenta el cargo por tercera vez, calificó de cínica tal condición y aseguró que las autoridades de ese territorio llevan 10 años negándose a conceder algún tipo de autonomía a los serbios que viven allí.
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