El evento tuvo lugar en su sede tradicional, el Centro Cultural Estación Mapocho, un emblemático edificio capitalino de estilo neoclásico que funcionó como terminal de ferrocarriles entre 1905 y 1987.
De acuerdo con el encargado cultural de Filsa, Guido Flores, desde el 10 de noviembre, fecha de la inauguración, se celebraron más de 200 actividades que tuvieron como eje central a Chile y su patrimonio literario y cultural.
Por esta razón, dijo el funcionario, en esta ocasión no hubo ningún país extranjero como invitado especial a la feria.
“Cuando salimos de este túnel largo (la pandemia) que nos ha cambiado la vida en muchos sentidos, lo primero que hicimos fue quedarnos en lo que somos en nuestra memoria y por eso tomamos el patrimonio cultural chileno”, declaró Flores a Radio Futuro.
Más de 10 mil estudiantes y profesores de diferentes comunas del país asistieron al evento, durante el cual sesionó un seminario de bibliotecarios y otro de literatura infantil.
También hubo conciertos, funciones de circo y este domingo el Ballet Nacional de Chile presentó la obra El Cascanueces, de Piotr Ilich Tchaikovsky.
Según la Cámara Chilena del Libro volver a la modalidad presencial en esta edición número 41 de Filsa fue una gran noticia para todas las familias, que disfrutaron una vez más la magia de encontrarse junto a las letras y los libros.
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