En una declaración conjunta divulgada tras finalizar la reunión, los dialogantes manifestaron que se encontraron con disposición, optimismo, certeza y esperanza para reanudar con plena voluntad política y ética el diálogo.
Apostaron por construir la paz a partir de una democracia con justicia y cambios tangibles, urgentes y necesarios, así como dar la mayor participación posible y eficaz de la sociedad, con prioridad a los sectores históricamente marginados y abandonados.
Los negociadores expresaron sus deseos de construir un futuro con dignidad, derechos plenos y democracia auténtica, para que Colombia sea potencia de la vida humana y cuidado de los bienes comunes.
Asimismo, agradecieron, la persistencia, el compromiso y la presencia en este encuentro “de la razón y los sueños” de los países garantes de Cuba, el Reino de Noruega y Venezuela, además de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia y de la Iglesia Católica, representada por la Conferencia Episcopal.
En ese sentido, reconocieron todas y cada una de sus acciones de respaldo moral, político, jurídico, que realza la responsabilidad que tenemos. El comunicado conjunto subrayó que compartir la construcción de la paz, como política de Estado, trasciende la temporalidad con compromisos permanentes y verificables que siembren certeza de una nueva cultura de paz, fundada en cambios reales que permitan la superación de la violencia política y sus causas.
Declararon asumir en este diálogo de negociación los valores que hoy en el mundo son básicos e imperiosos, el respeto de todas las formas de vida y su dignidad.
Al respecto, manifestaron estar conscientes de la necesidad de responder a las diversas dimensiones de la vida colectiva que implican nuestros deberes para el cuidado del planeta, nuestra casa común.
jha/jcd