La Cámara de Diputados debate hoy el dictamen y ya los partidos de oposición se pusieron de acuerdo para impedirla y enterrar definitivamente la propuesta presidencial.
el mandatario señaló que el bloque conservador se opone y ya es un hecho de que no van a aprobar hoy la reforma electoral, por eso lo que vamos a plantear ahora es una reforma electoral que no se contraponga ni afecte a la Constitución y permita reafirmar principios establecidos en la carta magna, por ejemplo, que no se compren los votos.
«Es una reforma electoral, no constitucional, que procura contrarrestar lo que quiere esta oligarquía reaccionaria y conservadora, que es dinero, mucho dinero, y no aceptan que es lo mismo el voto de un campesino que de un potentado y que esa es la democracia», expresó.
Denunció lo que ocurría antes con el tráfico de los votos, la compra de estos aprovechando la situación de las familias pobres, a las cuales entregaban migajas y dinero en efectivo y mantener el principio de que todos los votos cuentan, pero con dinero pues para ellos valen más sus intereses que los del pueblo.
Vamos entonces a buscar la forma de que no haya esa compra de votos como en el 2006 (cuando salió electo como presidente Felipe Calderón) de lo que tengo las pruebas y es de dominio público que las grandes empresas financiaron la campaña contra nosotros porque decían que yo era un peligro para México, señaló.
Decían que el cambio que propugnaba era fuga de capitales, devaluación, destrucción para la economía nacional y la de las familias, pero la vida ha demostrado que es todo lo contrario a lo que ellos afirmaban en su campaña, manifestó López Obrador.
Ya la oposición, encabezada por el conservador Partido Acción Nacional, está festejando lo que denominan el entierro de la reforma, pero, al mismo tiempo, está preocupada de la nueva propuesta que López Obrador confirmó hoy pero que anunció hace algunas semanas y denominó Plan B. mgt/lma