De acuerdo con un comunicado divulgado este miércoles por el ministerio de Defensa, los buques de la Marina británica detectaron la víspera 17 botes de goma en el estrecho que separa la costa sur de Inglaterra del norte de Francia.
El incremento en la llegada de personas que se ponen en manos de traficantes de personas en busca de refugio en el Reino Unido se produce a despecho de las amenazas del Gobierno conservador de deportar a Ruanda a los solicitantes de asilo.
Londres también acordó días atrás pagar a París 63 millones de libras esterlinas (unos 74 millones de dólares) para que la Policía francesa aumente el patrullaje e impida a los migrantes hacerse a la mar, pero hasta el momento ninguna medida parece detener el flujo.
El primer ministro conservador británico, Rishi Sunak, quien prometió hacer todo lo posible para reducir los cruces ilegales, fue interpelado este miércoles en el Parlamento por uno de sus correligionarios que lo instó a crear un comité de emergencia similar al que se ocupa de atender las tragedias y situaciones excepcionales.
El también diputado conservador Gordon Henderson cuestionó que los refugiados sean alojados en hoteles pagados por los contribuyentes mientras se tramitan sus solicitudes de asilo.
Según Henderson, el Ejecutivo debe presentar una ley de emergencia que permita deportar con carácter expedito a todos los migrantes que llegan por el canal de La Mancha.
En su defensa, Sunak afirmó que la ley de nacionalidades y fronteras le confiere nuevos poderes que está dispuesto a usar para poner freno a un fenómeno que la ministra del Interior, Suella Braverman, calificó de invasión.
ro/nm