Al dar a conocer de manera virtual a un grupo de organizaciones no gubernamentales acreditadas para operar en el país el Plan de Lucha Contra la Pobreza, Acosta señaló que se trata de un programa de reactivación económica, el cual deberá enfrentar cuatro duros golpes recibidos durante el último trienio.
Además del impacto negativo global de la pandemia de la Covid-19 y el azote de dos intensos huracanes en noviembre, el país más extenso de Centroamérica aún sufre las secuelas del intento de golpe de Estado de abril-julio de 2018.
Según datos de la seguridad social, el país perdió más de 187 mil empleos formales a causa de los hechos de violencia provocados en el contexto golpista.
El impacto de los huracanes Iota y Eta en la economía fue superior al cinco por ciento del PIB, en un año de pandemia y mientras la nación arrastraba una condición compleja derivada de acciones golpistas, apuntó el titular de Hacienda.
La estrategia de crecimiento a largo plazo de la economía nicaragüense será una plataforma coherente que tendrá como pilares el aumento en el gasto social y mayor inversión pública, precisó Acosta.
Durante casi una década Nicaragua mantuvo un crecimiento sostenido en el entorno del cinco por ciento anual, el más alto de Centroamérica, proceso que fue interrumpido por la intentona golpista.
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