La fecha se celebra bajo el lema Igualdad Ya, una invocación a la acción que pretende impulsar labores prácticas para ayudar a poner fin a este flagelo mundial, señaló en un comunicado OnuSida.
Asimismo, la entidad mundial refirió que tras cuatro décadas de respuesta al virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) las diferencias persisten en los servicios más básicos, como el acceso a las pruebas de detección, el tratamiento y los preservativos, y son aún mayores en el caso de las nuevas tecnologías.
Para que todos reciban la atención precisa es necesario aumentar la disponibilidad, la calidad y la idoneidad de los servicios, así como reformar las leyes, políticas y prácticas para abordar el estigma, indicó el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/sida.
“Podemos poner fin al sida, pero debemos acabar con las diferencias que lo perpetúan, necesitamos que todos hagan suyo el mensaje de que absolutamente todas las personas saldremos beneficiadas del fin de las desigualdades», expresó Winnie Byanyima, directora ejecutiva de la organización.
Los nuevos datos de OnuSida sobre la respuesta mundial al VIH revelan que durante los dos últimos años de la Covid-19 el progreso para luchar contra la propagación del VIH decayó y, como resultado, hay millones de vidas en riesgo.
Las mujeres africanas son las más afectadas por la enfermedad, y son víctimas además de la baja cobertura de programas específicos.
Mientras, únicamente un tercio de las personas de los grupos de población clave, entre los que se incluyen los gays, otros hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, las personas trans, y los trabajadores sexuales, tienen acceso regular a la prevención.
De igual forma, los niños y adolescentes representaron el 17 por ciento de las muertes relacionadas con el Sida, y el 21 por ciento de las nuevas infecciones el año pasado, de acuerdo con un reporte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia.
Según dicha fuente, el año pasado 650 mil personas murieron de sida y un millón 500 adquirieron el virus causante de la enfermedad.
Para alcanzar el objetivo de 2030 de poner fin al sida como amenaza para la salud mundial, las desigualdades económicas, sociales, culturales y legales deben abordarse con urgencia, subrayó Onusida.
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