Esa cantidad permitiría ayudar a los más necesitados el próximo año en casi 70 países, donde las demandas son escandalosamente altas, por lo que el llamado es un 25 por ciento más elevado dada la existencia de 65 millones de pobres por encima de los registrados en 2022, afirmó el máximo responsable de la ayuda de emergencia de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Martin Griffiths.
Al intervenir en la presentación del informe Panorama Humanitario Mundial 2023, describió al llamamiento como un salvavidas para los que se encuentran al borde del abismo, y cuyas necesidades urgentes de este año continuarán en 2023.
«Me temo que 2023 verá una aceleración de todas esas tendencias, y si las perspectivas humanitarias son tan sombrías es en gran parte porque las demandas de ayuda son ya muy elevadas”, aseguró Griffiths.
Explicó que numerosos países han sido afectados por sequías e inundaciones letales, desde Pakistán hasta el Cuerno de África, a lo cual se sumó la guerra de Ucrania que convirtió una parte de Europa en un campo de batalla.
Más de 100 millones de personas están ahora desplazadas en todo el mundo, además de la devastación dejada por la pandemia de la Covid-19 entre los más pobres del mundo, significó.
Agregó que al menos 222 millones de personas se enfrentarán a una inseguridad alimentaria aguda en 53 países a finales de este año, en tanto cinco naciones ya experimentan hambruna, con elevadas cifras de muertos, en su mayoría niños, como resultado del desplazamiento, la inseguridad alimentaria, la falta de alimentos y la inanición.
Según el Panorama Humanitario Mundial el venidero año 45 millones de personas de seres humanos en 37 países corren el riesgo de morir de hambre, en tanto las comunidades vulnerables se enfrentan a presiones en la salud y el mpox y otras enfermedades transmitidas por vectores hacen estragos, junto con los brotes de ébola y cólera.
El cambio climático también aumenta los riesgos y la vulnerabilidad, en consonancia con la preocupación existente de que a finales de siglo el calor extremo podría cobrarse tantas vidas como el cáncer.
Para ayudar a las comunidades que se encuentran en primera línea de la emergencia climática, el responsable de la ayuda de emergencia de la ONU sostuvo que los trabajadores humanitarios deben ser más activos en los debates internacionales sobre el clima, con el fin de garantizar la financiación para la resiliencia.
Griffiths dijo que espera que sea muy difícil conseguir la totalidad de la cantidad solicitada a los donantes, tanto nacionales como privados, cuya generosidad no sigue el ritmo de las crecientes demandas.
De hecho, el llamado humanitario mundial de este año, dirigido por la ONU, sólo está financiado en un 47 por ciento, lo que supone un fuerte descenso respecto a años anteriores, en los que los niveles de financiación solían alcanzar entre el 60 y el 65 por ciento, explicó. ro/crc