En un comunicado, dicha organización instó a militantes peronistas y ciudadanos en general a acercarse a su sede en esta capital y realizar donaciones para niños en condiciones de pobreza.
Como nos pidió y nos enseñó Hebe, los esperemos para seguir ayudando al otro, señala el texto.
Tras una vida dedicada a la lucha por la justicia y la defensa de los derechos humanos, De Bonafini falleció el 20 de noviembre luego de permanecer hospitalizada por enfermedades crónicas.
Cuatro días después, miles de argentinos acompañaron a las Madres en su marcha dos mil 328, durante la cual le rindieron tributo y colocaron sus cenizas en la Pirámide de Mayo, en la plaza que les dio el nombre y a la que acudieron durante más de 40 años para denunciar los crímenes de la última dictadura militar (1976-1983).
Tras el secuestro de dos de sus hijos en 1977, De Bonafini no cesó en la búsqueda de la verdad y, junto a otras mujeres, inició un largo camino en el cual serían perseguidas, vigiladas, arrestadas y, algunas de ellas, asesinadas.
De esa manera, llegaron a conformar una de las más importantes fuerzas de resistencia en Argentina y sus pañuelos blancos se convirtieron en símbolo de lucha.
La noticia del deceso generó gran conmoción en Argentina y el mundo y personalidades como el Papa Francisco, el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, los presidentes de Cuba (Miguel Díaz-Canel), Venezuela (Nicolás Maduro) y Bolivia (Luis Arce), expresaron su pesar.
También lo hicieron los exmandatarios Evo Morales (Bolivia), Rafael Correa (Ecuador) y Dilma Rousseff (Brasil) y el recién electo jefe de Estado de ese último país, Luiz Inácio Lula da Silva.
El presidente argentino, Alberto Fernández, decretó tres días de duelo nacional y numerosos ministros y dirigentes sociales lamentaron su muerte.
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