Joseph, quien dirige el programa de VIH en esa institución que estudia las enfermedades infecciosas, aseguró a la prensa que alrededor del 50 por ciento de los enfermos residen en el departamento Oeste, sede la capital Puerto Príncipe.
“El acceso al tratamiento es ahora mucho más fácil. A principios de los años ochenta, una persona seropositiva necesitaba unos mil dólares estadounidenses para ser tratada, pero ahora el tratamiento es gratuito gracias a la financiación de los donantes internacionales”, dijo el galeno al diario Le Nouvelliste.
Asimismo, destacó el descenso de la prevalencia de la enfermedad que pasó del 18 al 1,9 por ciento y actualmente cerca de 130 mil personas tienen acceso a la medicación.
No obstante, aún persisten los retos pues la tasa de transmisión madre-hijo es muy alta con más de un nueve por ciento a nivel nacional y un 4,5 por ciento en los centros de Gheskio.
La semana pasada, el primer ministro Ariel Henry confirmó que más de 154 mil haitianos viven con VIH/sida y en la alta incidencia influyen los efectos de la pobreza, violencia, prostitución, promiscuidad y exclusión.
Las cifras aumentan, además, por la estigmatización de los enfermos y la explotación a la que son sometidos, lamentó.
Actualmente el país caribeño presenta el mayor índice de prevalencia en la región y más de 13 mil menores de 19 años viven con la enfermedad, según datos de Naciones Unidas.
El Ministerio de Salud inició en 2018 un programa con el propósito de eliminar el mal en 80 por ciento para 2023 y cortar su transmisión para 2030, aunque las recientes crisis del país podrían limitar los objetivos.
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