Diversas voces alertaron este miércoles, durante la jornada inicial del evento en el que están representados más de 190 países, de la necesidad de adoptar acuerdos para enfrentar la crisis de la biodiversidad.
Para Huang Runqiu, ministro de Ecología y Medio Ambiente de China, nación que preside las conversaciones, “esta reunión es nuestra oportunidad de pasar de la desarmonía a la armonía: detener esta orgía de destrucción y concluir un pacto de paz con la naturaleza”.
En esta misma línea se mostró la directora del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, Inger Andersen, quien instó a los negociadores a establecer un marco sólido para la naturaleza que está sufriendo y “la humanidad está pagando el precio de traicionar a nuestro mejor amigo”, en referencia a la Tierra.
En opinión del ministro canadiense de Medioambiente y Cambio Climático, Steven Guilbeault, ya no hay tiempo que perder, está en juego la supervivencia misma de la especie humana, por lo que “la crisis de la biodiversidad a la que nos enfrentamos requiere del mismo nivel de esfuerzo y acción globales que la crisis climática”.
Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, denunció que las corporaciones multinacionales llenan sus cuentas bancarias mientras vacían nuestro mundo de sus dones naturales.
Añadió que dejando a un lado los sueños ilusos de los multimillonarios no existe el planeta B, y pidió desafiar la implacable concentración de riqueza y poder de unos pocos que van en contra de la naturaleza y los intereses reales de la mayoría.
Guterres describió a la humanidad como «un arma de extinción masiva» que «trata a la naturaleza como un retrete» y va camino del suicidio, en referencia al costo humano asociado con la pérdida de la naturaleza y biodiversidad.
Sugirió que la respuesta podría estar en un acuerdo mundial sobre biodiversidad que aborde los factores que impulsan su disminución, cambiando el uso de la tierra y del mar, deteniendo la sobreexplotación de especies, frenando el cambio climático y la contaminación, acabando con la introducción de especies no autóctonas invasoras.
Para ello, subrayó la necesidad de abordar las causas profundas como los subsidios perjudiciales, las inversiones mal dirigidas, los sistemas alimentarios insostenibles y los patrones más amplios de consumo y producción.
Llamó a actuar, pues «sin la naturaleza, no somos nada», dijo, y agregó que la humanidad lleva tocando, durante cientos de años, «una cacofonía del caos, tocada con los instrumentos de la destrucción», lo cual va desde la deforestación hasta el envenenamiento del medio ambiente por químicos y pesticidas.
La Conferencia sobre Biodiversiad, que se extenderá hasta el 19 de diciembre, pretende lograr un acuerdo histórico para detener y revertir la pérdida de naturaleza, a la altura del Acuerdo de París sobre el clima de 2015.
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