Según indicó el enviado especial de Naciones Unidas para Yemen, Martin Griffiths, ahora se registra una escalada militar en la ciudad de Marib y persiste la restricción a importaciones a través del puerto de Hodeida, lo cual contribuye a una grave escasez de combustible.
También hay fuertes limitaciones a la libertad de circulación en todo el país, incluido el cierre continuo del aeropuerto de Saná, detalló Griffiths.
Por su parte, el coordinador de ayuda de emergencia de Naciones Unidas, Mark Lowcock, expuso al Consejo de Seguridad que la crisis humanitaria en Yemen está atrapada en una implacable espiral descendente.
La hambruna continúa acechando a la nación, con cinco millones de personas a un paso de morir, mientras aumentan las contagios por Covid-19 y esto empuja al sistema de salud al colapso, subrayó.
Ante la alarmante situación, Lowcock pidió acciones urgentes para proteger a los civiles, aumentar el acceso humanitario, incrementar el financiamiento, mejorar la economía y avanzar hacia la paz.
De acuerdo con Naciones Unidas, Yemen padece una de las peores crisis humanitarias del mundo debido, en gran medida, al conflicto que enfrenta a tropas gubernamentales con rebeldes hutíes.
La crisis escaló en 2015 con el comienzo de bombardeos de una coalición anti insurgente liderada por Arabia Saudita.
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