Nunca antes en nuestra región se había realizado una prueba de esta naturaleza en un automóvil de motor a combustión interna.
Esto es objeto de estudio en la Unión Europea como una alternativa para sustituir las materias primas fósiles en la producción de gasolinas, diésel y otros energéticos.
Uno de los obstáculos hasta ahora es el elevado costo de la operación, que podría evadirse mediante prácticas novedosas.
En el caso de Chile los especialistas destacaron las numerosas fuentes renovables, como la luz solar, el viento, la biomasa vegetal y hasta el movimiento de las mareas en sus más de cuatro mil kilómetros de playas.
La gasolina sintética, también llamada e-Combustibles, se consigue por la mezcla de dos productos, el hidrógeno verde y el CO2 recuperado del medio ambiente o la industria y refinerías muy contaminantes.
El primero de ellos se logra descomponiendo la molécula de agua por medio de una descarga eléctrica, la electrólisis, con la particularidad de que el fluido empleado se obtiene a partir de fuentes renovables.
La empresa HIF Global lo consiguió por medio de parques eólicos instalados en la Región de Magallanes.
Más compleja es la recuperación del dióxido de carbono, porque la tecnología para obtenerlo directamente de la atmósfera es muy cara, por lo que es más fácil reciclarlo de las grandes fábricas.
Al mezclar ambos productos se genera gas metano, que puede derivarse en gasolinas o diésel sintético para motores de combustión interna.
La diferencia de los e-Combustibles respecto a sus similares a base de materias primas fósiles, radica en que sólo liberan la misma cantidad de CO2 necesaria para su producción, lo cual significa un impacto neutro en el medio ambiente.
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