“Esas crisis son la manifestación de un sistema capitalista que languidece, que tiene sus achaques de viejito y que poco a poco eso afecta y que, por lo tanto, se necesita una transformación en el modo de vida”, afirmó el mandatario al presentar en ocasión del solsticio de verano el libro Geapolítica del vivir bien, del vicepresidente David Choquehuanca.
Arce explicó que en ese texto, tras una larga investigación, el vicejefe de Estado propone la manera en que la humanidad tiene que organizarse en la producción y la distribución.
Según el dignatario, la propuesta tiene como eje principal el respeto a la Madre Tierra y recupera los “saberes ancestrales de los pueblos milenarios” con una visión filosófica del Vivir Bien en condiciones de biocentrismo, con una defensa del equilibrio y la armonía entre todo lo viviente.
La obra relega el antropocentrismo que considera al ser humano como centro de todas las cosas y el fin absoluto de la creación.
Arce sostuvo que se trata de una política universal, de manera precisa, una propuesta de horizonte de vida en un momento en el cual el planeta atraviesa por “serios y profundos cambios” producto del capitalismo, que provocó las crisis climáticas, alimentarias y financieras, entre otras.
Trazada como un horizonte de vida, la obra tiene como núcleo la relación para el vivir bien que apunta a un nuevo tiempo donde prevalezca el respeto, no solo a la humanidad, sino a la Madre Tierra y a todos los seres que habitan en ella.
“La Geapolítica se basa en las filosofías de nuestros pueblos milenarios -comentó Arce-, la experiencia del vivir bien, proponiendo instaurar un nuevo orden desde el paradigma del vivir bien, del respeto a la vida, de la cultura del diálogo entre todos”, enfatizó el jefe de Estado.
En ocasión del solsticio de verano, Choquehuanca explicó con anterioridad que la propuesta apunta a poner en “equilibrio” todo el desorden creado por la geopolítica capitalista, la cual impuso la dominación, el sometimiento, el enfrentamiento y la división no solo en el continente sino en todo el planeta.
Según describió, el eje de la propuesta, es la Madre Tierra para defender la vida del planeta y de las comunidades con el objetivo de volver al camino del “equilibrio, de la hermandad, de la armonía, de la complementariedad” como refleja la Whipala, bandera de los pueblos indígenas.
Además de presentar esta propuesta de Bolivia al mundo, con una ceremonia ancestral en el Templo de Kalasasaya se celebró el solsticio de verano o Illapacha que da inicio a la temporada de lluvias en el país.
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