“Llegamos al final de un año difícil, un año de pruebas superadas, en el que la unidad, la valentía, la democracia y el compromiso con la Patria, vencieron”, escribió en su cuenta de Twitter el mandatario.
Arce fue reiterativo en la red social al agradecer “por esa fortaleza, cariño y esa confianza”, y reafirmó que, “¡seguimos! #UnidosSomosMás”.
La víspera resultó simbólico que desde Santa Cruz el dignatario asegurara en un discurso que Bolivia muestra al mundo la calidad de la gestión económica que la ubican entre las mejores del planeta por tener la segunda inflación más baja a escala global.
Un paro con violencia de 36 días impuesto por opositores radicales con la exigencia de “censo de población y vivienda 2023 sí o sí”, dejó pérdidas superiores a los mil 200 millones de dólares, además de denuncias por diversas violaciones de los derechos humanos.
Sin embargo, en su discurso durante el acto de entrega de un mercado en el municipio cruceño de La Guardia, Arce anunció una mejora en el crecimiento económico que, en el segundo trimestre del año que cierra llegó a 4,1 por ciento, pese al escenario adverso de conflicto en Europa y el azote planetario de la Covid-19.
Diversos organismos internacionales y revistas especializadas como Trading Economics reportaron en octubre al país altiplánico como el segundo del mundo con menor inflación (2,9 por ciento) después de China (2,1 puntos porcentuales).
En relación con Latinoamérica y el Caribe, Bolivia tiene el indicador más bajo en este acápite.
Igualmente, en 2022 el país andino-amazónico logró una reducción de la pobreza extrema, que estaba en 38,2 por ciento en 2005 y en 2019 ya era del 12,9 por ciento.
Durante el gobierno de facto instaurado por el golpe de estado de noviembre de 2019, el indicador ascendió en apenas un año a 13,7 por ciento, pero con el restablecimiento del Modelo Económico Social Comunitario Productivo luego de la reconquista de la democracia, en 2021 disminuyó hasta 11,1 por ciento.
Todos estos datos estadísticos fueron posibles por medidas sociales como el Bono contra el Hambre, que benefició a más de cuatro millones de personas, el restablecimiento de la inversión pública orientada a sustituir importaciones, el Impuesto a las Grandes Fortunas y el incremento del salario mínimo nacional.
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