Tras su ensayo en el municipio de Comasagua, departamento La Libertad, en octubre pasado, el sistema de cerco alcanzó en los últimos días a otras zonas del país, en especial en esta capital, para ir cerrando el camino al accionar de las pandillas.
Esta etapa de enfrentamiento debe continuar con la militarización de más municipios y comunidades del país, según fuentes gubernamentales, mientras una interrogante se alza en medios locales.
“Todo el mundo está viendo el cerco militar, pero ¿qué viene después de eso?», es una pregunta lanzada por el sitio digital del periódico elsalvador.com (diario Hoy), de lo que solo se sabe que aún restan dos etapas el proyecto gubernamental.
Algunos expertos y medios de prensa comienzan a hablar de una posible etapa dirigida a buscar a las empresas o lugares donde se encuentra el dinero ilícito que las pandillas durante tantos años recaudó por medio de la extorsión.
Expertos que observan el avance de las últimas medidas que llevaron a la cárcel más de 600 pandilleros y ayudaron a elevar su número a cerca de 60 mil 500 tras la rejas, adelantan que un próximo paso sería atacar las finanzas de la pandilla.
Algunas fuentes aseguran que las pandillas ingresaban a sus fondos más de 700 millones de dólares anuales, incluyendo fondos de la extorsión y el narcotráfico.
En Soyapango y Comasagua, según radio Ysuca, existe una clara estigmatización y lo que se podría estar buscando es “normalizar” la militarización de la seguridad dentro de las comunidades.
No obstante, el plan recibe al apoyo de la población y aparentemente el gobierno cumple su compromiso de limpiar el país para entregársela a todos los buenos salvadoreños, según dijo este sábado el ministro de Justicia y Seguridad, Gustavo Villatoro.
Mientras se mantienen algunas interrogantes sobre lo que vendrá después, los cercos a las zonas ocupadas por los militares mantienen hoy la búsqueda de criminales y en los próximos días no es de extrañar medidas similares en áreas conflictivas donde aun las pandillas actúan.
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