Según el portal R7, las acciones fueron reforzadas tras un intento de ataque con bomba en una zona del aeropuerto internacional de Brasilia.
El 24 de diciembre el empresario George Washington de Oliveira Sousa, de 54 años y partidario del derrotado mandatario de tendencia ultraderechista Jair Bolsonaro, pretendió hacer explotar un camión cisterna de combustible en un área de la capitalina terminal aérea.
Arrestado con artilugios de guerra, el criminal confesó que procuraba perpetrar el atentado mediante el estallido del vehículo en la posesión de Lula.
«Preparado para matar o morir», afirmó el bolsonarista (adepto del exmilitar), quien permanece detenido en una cárcel de máxima seguridad cerca del DF.
Ante los hechos, en el Senado quedó prohibida la entrada de visitantes.
Incluso, describe el sitio, los repartidores de alimentos y conductores de aplicaciones no pueden entrar al edificio. Solo los servidores, asesores, colaboradores y pasantes están autorizados a ingresar en las dependencias de la asamblea hasta el 1 de enero.
En el Supremo Tribunal Federal, la seguridad ya estaba reforzada, con el cierre de acceso al edificio y el posicionamiento de barreras de metal para impedir la aproximación de personas y vehículos no autorizados.
Los accesos a la plaza de los Tres Poderes, en la Explanada de los Ministerios, fueron cerrados por el Gobierno del DF.
Como la corte está en receso, el 1 de enero no habrá magistrados en el edificio, pero deben participar en la toma de posesión del presidente de la República.
El día del evento, el esquema de seguridad será el mismo utilizado el 7 de septiembre (Día de la Independencia), con tropas policiales desplegadas y el uso de sistemas antidrones.
Organizadores de la ceremonia de asunción indicaron que el domingo Lula desfilará por la Explanada de los Ministerios, de la Catedral de Brasilia en dirección al Congreso, donde subirá la rampa y luego se dirigirá al Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, para discursar.
Más de 700 agentes de la Policía Federal y miles de agentes militares fueron convocados para el esquema de seguridad.
R7 apunta que el equipo que realiza la seguridad del gobernante electo recomendó que haga el trayecto en la explanada de carro blindado y cerrado, tras el intento del ataque con bomba en la capital. Sin embargo, Lula afirmó que no seguirá la recomendación.
Otra preocupación es con los jefes de Estado de más de 30 países que estarán en Brasilia, además de otros integrantes de delegaciones extranjeras, artistas de renombre y el público, que debe alcanzar entre 300 mil y 500 mil personas.
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