De acuerdo con cifras oficiales en Colombia se deforestaron más de tres millones de hectáreas de bosque en los últimos 21 años, y solo en la Amazonía fueron 1,8 millones de hectáreas.
En esa región, más de 500 árboles se pierden por cada hectárea de bosque deforestada, ante esto la ministra de Ambiente, Susana Muhamad, invita a todas las comunidades del país y puntualmente a las del Arco Amazónico, ubicadas en el sur del Meta, Caquetá, Guaviare y Putumayo, a salvar la selva.
«El Gobierno del presidente Gustavo Petro está firmemente comprometido con su bienestar. Esperamos seguir construyendo una economía que sea ejemplo mundial con la biodiversidad para salvar y cuidar la selva», manifestó la titular.
Aseguró que la aspiración del Ejecutivo es que en el centro de estas acciones esté el campesinado, abandonado por tantos años, y trabajar con ellos, para lo cual están consiguiendo los recursos y los estamos escuchando para avanzar en este proceso, dijo.
La campaña Salvemos la selva tiene el propósito de convocar a comunidades campesinas e indígenas, que son parte del Arco Amazónico, a proteger los bosques.
Además, busca minimizar los impactos en esta época derivados de quemas no controladas, incendios forestales y talas para expandir los terrenos y ejecutar actividades de ganadería.
Muhamad agradeció a las comunidades de la Amazonía, que se sumaron a los acuerdos de no deforestación en el marco de la Estrategia Nacional de Contención de la Deforestación.
«Es hora de trabajar juntos y demostrarle al mundo que sí podemos salvar la selva y darles bienestar a los campesinos», enfatizó la ministra.
De acuerdo con el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, la Amazonía presenta las temperaturas más altas en el país con períodos secos prolongados. Por lo tanto, históricamente ha mostrado un mayor número de hectáreas de cobertura vegetal afectadas por incendios, la mayoría provocados por el actuar del hombre.
Según el área técnica de Bosques del Ministerio de Ambiente, un bosque afectado puede tardar entre 25 y 30 años en recuperarse y dependiendo de su estrategia de restauración, sin embargo, el ecosistema no vuelve a ser el mismo.
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