La entrega tuvo lugar en el contexto de una operación humanitaria desarrollada en una zona rural de Valle del Cauca, la cual contó con la participación del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), la Defensoría del Pueblo, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas y la guardia campesina del Valle.
«Las partes en conflicto deben proteger la vida y la dignidad de las personas que no participan o que han dejado de participar en las hostilidades y deben tratarlas con humanidad en toda circunstancia», subrayó Kian Abbassian, jefe de la subdelegación del CICR para el suroccidente de Colombia.
A nombre de la misión, saludó el gesto humanitario del grupo armado al entregar a esta persona para que pueda reencontrarse con su familia.
De acuerdo con una nota del CICR, la persona liberada es un hombre que se encontraba en adecuadas condiciones de salud y fue traslado a otra zona para reunificarlo con sus seres queridos.
«En las liberaciones cumplimos un rol estrictamente humanitario como intermediario neutral, en razón a ello no hacemos referencia pública sobre las circunstancias en las que pudo darse la privación de libertad de la persona entregada ni revelamos información que pueda afectar su seguridad», aclaró Abbassian.
Puntualizó que esos estrictos protocolos garantizan la neutralidad, independencia, imparcialidad y confidencialidad con la que trabaja el CICR y les permite seguir ayudando a quienes se ven afectados por los conflictos armados y la violencia.
En tal sentido la organización reiteró a las partes en conflicto que, en su calidad de intermediario neutral, está dispuesto a desarrollar otras operaciones humanitarias que conlleven a aliviar las consecuencias de los conflictos armados y la violencia sobre quienes no participan o han dejado de participar en las hostilidades.
En lo corrido del año, 61 personas han sido entregadas por diversos actores armados al Comité Internacional de la Cruz Roja.
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