De acuerdo con la fuente, la barricada en el puesto de control más grande a la entrada de Kosovo y Metohija «Merdare» fue completamente desmantelada, mientras se realizan labores para la eliminación de fortificaciones en otras zonas clave de la región.
El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, tras un encuentro con representantes de Kosovo y Metohija en la ciudad de Raska, indicó que el abandono de los muros en la región podría tardar de 24 a 48 horas.
La reunión duró varias horas, en la que los manifestantes coincidieron con la propuesta del presidente, al presentar una serie de demandas sobre la seguridad de la población y el mantenimiento del estatuto de Kosovo y Metohija como provincia autónoma dentro de Serbia.
Si Pristina siguiera la presión, los serbios amenazaron con aislar permanentemente el norte de Kosovo y Metohija de las regiones del sur.
El 6 de diciembre la situación se intensificó drásticamente, cuando fuerzas especiales de una formación no reconocida, comenzaron a apoderarse de los locales de las comisiones electorales en el norte de Kosovo y Metohija.
La población serbia rechazó a los kosovares, que huyeron cruzando el río Ibar.
El 26 de diciembre, las autoridades del no reconocido Kosovo pusieron a sus fuerzas armadas en alerta máxima.
Por su parte, el viceprimer ministro, el ministro de Defensa de Serbia, Milos Vucevic, y el ministro del Interior, Bratislav Gashic, anunciaron que las Fuerzas Armadas de la república estaban en alerta.
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