Por Yadira Cruz Valera
Jefa de la Redacción África y Medio Oriente
La República Islámica de Irán, epicentro de un viejo conflicto con Occidente, es hoy el escenario de una guerra con apellidos disímiles, “no convencional”, “híbrida”, “de quinta generación” o como quieran llamarle.
Lo cierto es que desde hace meses, Occidente despliega en la nación persa toda su estrategia de dominación, explicitadas en manuales como Fifth Generation of Warfare (5GW), los de Gene Sharp o los «feministas» de Open Society Foundations y George Soros.
En el complejo tablero de ajedrez en que se mueve la geopolítica mundial, Estados Unidos, Israel y sus socios europeos juegan sus cartas en un intento desesperado por dar el jaque mate a un contrincante difícil y de larga data.
PROTESTAS FEMINISTAS, EL NUEVO PRETEXTO
En medio de tensiones geopolíticas regionales, las protestas por la muerte de la joven iraní Mahsa Amini se convirtieron en el detonante para una campaña mediática bien orquestada, cuyo efecto dominó desencadenó manifestaciones violentas en varias ciudades e incluso más allá de las fronteras nacionales.
Amini, de 22 años, fue detenida 13 de septiembre por la Policía de la Moral debido al uso incorrecto del hiyab (velo obligatorio para las mujeres en el país), conducida a una comisaría para recibir clases de orientación sobre vestimenta, y sin causa aparente cayó desmayada, según muestra un vídeo.
Tres días después falleció en el hospital, y ante las constantes acusaciones el Gobierno iraní realizó una investigación exhaustiva del caso; un informe de la Organización de Medicina Forense reveló que la joven padecía una enfermedad subyacente tras ser operada de un tumor cerebral, que le provocó la muerte.
Durante meses, las violentas protestas se extendieron a todo el país y varias naciones europeas y las grandes transnacionales de la comunicación acuñaron el eufemístico término de «Revolución del velo».
Mientras, la activista opositora iraní Masih Alinejad, radicada en Estados Unidos, declaró al The New Yorker que ella era la líder de ese movimiento con supuesto enfoque feminista liberador contra la hiyad.
Pero un reporte de la red informativa libanesa Al Mayadeen reveló la trayectoria de Alinejad y probados vínculos con la administración estadounidense, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y el Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Paralelo a ello, la inteligencia persa expuso las declaraciones de dos espías franceses, detenidos en mayo pasado, los ciudadanos Cécile Kohler y Jacques Paris.
En un vídeo transmitido en las televisoras estatales, Kohler admitió ser una agente de la Dirección General de Seguridad Exterior (DGSE), agencia de inteligencia exterior francesa, equivalente al MI6 británico y la CIA.
Ambos reconocieron que su misión era promover manifestaciones para desencadenar “una revolución” en la República Islámica.
En ese contexto, el embajador de Reino Unido en Teherán, Simon Shercliff, fue convocado dos veces debido al apoyo de algunos funcionarios diplomáticos a los manifestantes y la atmósfera hostil generada en los medios de comunicación en lengua persa con sede en Londres.
Días después y durante los últimos meses, varias células de espionaje afiliadas a la agencia de inteligencia israelí (Mossad) fueron desmanteladas.
Las tensiones llegaron a un punto álgido cuando 26 de octubre hombres armados del grupo extremista Estado Islámico masacraron a 15 civiles en el santuario de Shah Cheraq, al suroeste del país.
RESPUESTA DEL GOBIERNO
Para muchos analistas los enemigos de Irán intentan a todas luces promover en el país la llamada revolución de colores, aplicando las cinco estrategias principales del manual de “golpe blando” del filósofo y politólogo estadounidense Gene Sharp, esta vez disfrazada de feminismo.
Ante los intentos desestabilizadores, la respuesta del Gobierno no se hizo esperar, dejando claro desde la preparación militar del país para enfrentar ataques directos, hasta tomar medidas contra instituciones y personas señaladas como cómplices de las protestas o promotores de boicot.
El Ministerio de Asuntos Exteriores impuso sanciones a personas y entidades europeas por incitar a la violencia y apoyar los disturbios.
La Cancillería condenó de forma reiterada y categórica la imposición de medidas ilegales de la Unión Europea a entidades y personas iraníes sobre la base de acusaciones infundadas, considerándolo una intervención en los asuntos internos.
Los altos mandos militares, por su parte, dejaron bien clara la posición del Ejército y las fuerzas de seguridad, y advirtieron cuál sería a respuesta ante amenazas y ataques.
ACUERDO NUCLEAR EN EL LIMBO
En medio de las tensiones el acuerdo nuclear, denominado Plan Integral de Acción Conjunta, firmado en 2015 con la participación de Alemania, China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, permanece en el limbo y amenaza con fenecer.
Tras años de tensiones, la firma del pacto parecía poner punto final a las controversias entre Teherán y Washington, el primero aceptaba reducir sus niveles de enriquecimiento de uranio, mientras se eliminaran las medidas coercitivas.
Pero en mayo de 2018, el entonces presidente estadounidense Donald Trump se retiró unilateralmente e intensificó el embargo contra Irán.
Desde abril de 2021, el Gobierno persa dialoga con Alemania, Francia, Reino Unido, Rusia, China y, de forma indirecta, con Estados Unidos, sobre la restauración del pacto, pero exige a este último garantías de que no abandonará el acuerdo nuevamente.
La Casa Blanca se niega a dar una garantía legalmente exigible, lo cual hace que los negociadores iraníes sospechen de la seriedad de la administración de Joe Biden en las conversaciones.
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Hosein Abdolahian, advirtió que las conversaciones para reactivar el pacto nuclear de 2015 tienen fecha de caducidad.
“La República Islámica no mantendrá abierta eternamente la ventana para alcanzar un acuerdo. Esta ventana está abierta, pero se desconoce si permanecerá así mañana, si los socios no dejan su conducta hipócrita y se niegan a tratar el tema con una postura realista”, sentenció el canciller.
Abdolahian dejó claro que “incluso ante las continuadas conductas hipócritas e intervencionistas de los occidentales”, Irán no se quedará quieto, con las manos atadas, y seguirá adelante.
En tanto, el portavoz del Comité de Política Exterior y Seguridad Nacional del Parlamento iraní, Abolfazl Amoei, negó la intención de su país de hacer concesiones en las negociaciones.
En su opinión los acontecimientos internos en Estados Unidos, incluidas las elecciones, distanciaron a Washington de las conversaciones e impidió el avance.
Las negociaciones nunca se detuvieron a través de la mediación, el envío de cartas y borradores de textos no oficiales, pero el análisis de los europeos sobre los acontecimientos internos iraníes es inexacto, enfatizó.
Mientras, al margen de tensiones e intentos desestabilizadores, los iraníes esperarán en marzo próximo el Año Nuevo Persa o Nowruz, con las mismas esperanzas con que Occidente celebra sus fiestas decembrinas.
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