De acuerdo con el último reporte emitido por el Ministerio del Interior italiano, agosto fue el mes en que bajaron a puerto la mayor cantidad de inmigrantes, con 16 mil 822, en tanto solo mil 358 llegaron en marzo.
En el segundo semestre se incrementaron los arribos y a fines de año, ante la inminente entrada en vigor de un nuevo decreto ley gubernamental para tratar de frenar el flujo, ocurrió un alza que llevó a que el 28 de diciembre fuese el día con mayor incidencia, al desembarcar 939 personas, precisa la fuente.
El informe agrega que los países de origen de los migrantes fueron principalmente Egipto, Túnez, Bangladesh, Siria y Afganistán, así como destaca el hecho de que 12 mil 687 menores viajaron sin compañía, para superar en dos mil 634 los del pasado año y en ocho mil los informados en 2020.
El 29 de diciembre último el Gobierno de Italia aprobó un nuevo decreto ley con normas más estrictas dirigidas a tratar de frenar el flujo migratorio, en particular los desembarcos en sus puertos desde buques humanitarios.
Este nuevo texto, según señaló ese día el ministro del Interior, Matteo Piantedosi, “tiene como objetivo conciliar la necesidad de garantizar la seguridad de las personas recuperadas en el mar, de conformidad con el derecho internacional y nacional pertinente, con la de proteger el orden público y la seguridad”.
Entre otras medidas, establece que los buques de salvamento podrán transitar e intervenir únicamente para socorro, bajo el control e indicaciones de las autoridades territoriales, y en caso contrario, se imponen sanciones al capitán y al armador, de 10 mil a 50 mil euros, e incluso podría ser decomisada la embarcación.
Señala además que “el tránsito y estacionamiento de buques en el mar territorial están garantizados en todo caso con el único fin de garantizar el salvamento y asistencia en tierra de las personas embarcadas para proteger su seguridad”, y deben llegar sin demora al puerto asignado para culminar la operación de rescate.
Las organizaciones humanitarias podrán realizar un único salvamento e informar inmediatamente a las autoridades para pedir el desembarco de esas personas en un puerto seguro, a la vez que estarán prohibidos los transbordos de un buque a otro.
Además, habrá que preguntar a los migrantes a bordo si pretenden solicitar protección internacional, para que el país de abanderamiento del barco se haga cargo de esa petición, lo cual motivó fuertes críticas de esas agrupaciones, que consideran estas disposiciones violatorias de las leyes internacionales.
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