La fecha, establecida desde 2019 enfatiza además en la plena realización de los derechos humanos para quienes necesitan de este formato para la lectura.
De acuerdo con el portal web del organismo, las personas con discapacidad tienen menos probabilidades para el acceso a la atención sanitaria, la educación, el empleo y la participación en la comunidad.
En consecuencia, existen más probabilidades de vivir en la pobreza, están expuestas a tasas de violencia, abandono y abuso más elevadas.
La ONU reconoce al braille como un medio de comunicación para las personas ciegas, pertinente en los contextos de la educación, la libertad de expresión y opinión así como el acceso a la información y la comunicación escrita, según detalla el artículo 2 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad. Además, es necesario para la inclusión social de las personas ciegas, como se refleja en los artículos 21 y 24 de dicha Convención. El sistema de Naciones Unidas insiste en la necesidad de fomentar el braille como otro formato para producir información esencial, en particular teniendo en cuenta las consecuencias de la Covid-19.
De lo contrario, muchas personas con discapacidad podrían correr un mayor riesgo de contagio debido a la falta de acceso a directrices y precauciones para protegerse y reducir la propagación de una pandemia, detalla la página oficial del organismo.
La enfermedad provocada por el SARS-CoV-2 también ha revelado la necesidad de intensificar todas las actividades relacionadas con la accesibilidad digital para garantizar la inclusión digital de todas las personas.
Durante la pandemia, organismos del sistema de las Naciones Unidas unieron esfuerzos para promover buenas prácticas como otra respuesta a la Covid-19 que tenga en cuenta la discapacidad y para difundir información en braille.
El braille es una representación táctil de símbolos alfabéticos y numéricos que utiliza seis puntos para representar cada letra y cada número, e incluso símbolos musicales, matemáticos y científicos.
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