Diab declaró que se requieren medidas dolorosas para salvar al país de la peor crisis económica y financiera en décadas.
“Hemos aceptado asumir una misión en circunstancias peligrosas y de una coyuntura excepcional, cuya solución depende de nuestro espíritu nacional”, afirmó.
La situación actual, añadió, de crisis sofocante y decisiva necesita una revisión y acciones clave, incluidas algunas medidas agonizantes.
El jefe de Gobierno ratificó el derecho de los libaneses a la resistencia contra Israel y a recuperar los territorios de las Granjas de Shebaa, las colinas de Kfar Shuba y parte de la aldea de Ghayar, ocupados por el régimen de Tel Aviv.
Diab insistió en la continuidad de investigaciones y medidas para descubrir el destino de sumas transferidas al extranjero desde que iniciaron las protestas antigubernamentales el 17 de octubre de 2019.
Mientras, el profesor universitario devenido primer ministro pronunció su discurso, decenas de personas mantenían un asedio contra el Parlamento en rechazo a la alineación gubernamental.
La protesta tenía como objetivo impedir las sesiones parlamentarias dedicadas a aprobar el programa previsto por el Ejecutivo que asumió el pasado 21 de enero.
Según los manifestantes, el recién instalado gabinete es más de lo mismo que los anteriores, aunque Diab nominó a 20 expertos alejados de los partidos políticos tradicionales libaneses, a los cuales la sublevación achaca todos los males de hoy. mem/arc
















