Ovidio, con 32 años de edad y el menor de los 10 hijos reconocidos por El Chapo, quien guarda prisión en Estados Unidos, fue capturado ayer en un residencial de Culiacán durante un operativo que derivó en una guerra campal la cual mantiene a Sinaloa en estado de emergencia y militarizado.
Pocas horas después de su detención fue trasladado a Ciudad de México y de allí al vecino Estado de México donde está recluido en el Centro Federal de Readaptación Social No. 1 “Altiplano”, en Almoloya de Juárez, donde comparecerá ante un juez que determinará la legalidad de su aprehensión.
A partir de allí se iniciará el proceso judicial y si se atenderá una solicitud de Washington para su extradición que data de mucho tiempo.
El Ratón, como se apoda, es uno de los hombres más buscados por el gobierno de Estados Unidos. Según el Departamento del Tesoro y de Justicia de ese país, Ovidio y sus hermanos son los sucesores en orden jerárquico del Cártel del Pacífico o Sinaloa, como más se le conoce.
En 2017, el fiscal federal en el Distrito de Columbia lo acusó formalmente por los delitos de tráfico de cocaína, metanfetamina y marihuana desde 2008, emitió una orden de arresto y extradición a Estados Unidos, al igual que a su hermano Iván Archivaldo, aun libre.
A su vez, el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo consideró el jefe de más alto rango del Cártel de Sinaloa y a su otro hermano, Joaquín Guzmán López, también con funciones de mando. Se les denominan todos ellos Los Chapitos en el cártel.
Ovidio y Joaquín gastan grandes cantidades de dinero en efectivo en la compra de marihuana en México, cocaína en Colombia y efedrina en Argentina y producen en su país metanfetamina que distribuyen aquí y en Estados Unidos.
Autoridades estadounidenses aseguran que los Chapitos tienen 11 laboratorios de metanfetamina en el estado de Sinaloa donde producen unas tres mil a cinco mil libras de la droga por mes, la cual venden al mayoreo a otros miembros del Sinaloa y a distribuidores en Estados Unidos y Canadá.
Hay en Estados Unidos otra acusación judicial contra Ovidio y Joaquín del 2 de abril de 2018, ante un Gran Jurado Federal en el Distrito de Columbia con 21 cargos de conspiración para distribuir cocaína, metanfetamina y marihuana.
Desde diciembre de 2021 el gobierno de Washington ofrece una recompensa de hasta cinco millones de dólares por información que lleve a la captura de los hermanos.
La captura de Ovidio tiene en vilo a las poblaciones de Sinaloa y Sonora virtualmente militarizados por las amenazas de represión sangrienta, como acostumbra hacer el cártel, y hay operativos de seguridad y coordinación con las autoridades federales para evitar el ingreso de grupos delictivos en el estado.
Lo mismo ocurre en el estado de México, en especial en Almoloya de Juárez, sede de la prisión de alta seguridad donde está encerrado.
La Comisión Permanente del Congreso de la Unión, rindió un minuto de aplausos al Ejército Mexicano y a la Guardia Nacional por la detención de Ovidio.
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