De acuerdo con reportes locales, el titular del legislativo, Nabih Berri, convocaría esta semana nuevamente al proceso de votación en busca de designar al jefe de Estado de la República, luego de una pausa de más de tres semanas por navidad y fin de año.
En este sentido, expertos manifestaron que la oncena sesión será como las anteriores sin ningún desarrollo o cambio en las posiciones, ante la negativa del entendimiento interno y el bajo nivel de seriedad del proceso en los círculos extranjeros.
La negativa a apostar a dictados extranjeros cobró fuerza durante estos primeros días del nuevo año y en rumores quedó la reunión tripartita de París, aún pendiente a confirmación tras el anuncio de celebración a mediados de este mes entre funcionarios de Francia, Estados Unidos y Arabia Saudita.
A juicio de analistas, las presiones internas y externas provocarían un punto de inflexión en el transcurso de la elección presidencial hacia la contundencia en las semanas siguientes, en la intención de poner fin a un vacío de poder desde la noche del 31 de octubre último.
En este contexto, el sitio Al-Anbaa mostró preocupación ante llamados a a boicotear la sesión electoral, así como a movimientos en la calle para presionar por el nombramiento del nuevo mandatario y salir de este impasse.
Un miembro del bloque de Desarrollo y Liberación Qassem Hashem afirmó que el voto en blanco no es una posición negativa, sino busca instar a los diputados a ponerse de acuerdo.
Por su parte, el secretario del bloque Nacional de Moderación, Hadi Hobeish, insistió que el diálogo y un pacto integral constituyen las únicas soluciones para enfrentar a un vacío presidencial a largo plazo que impactará en todas las instituciones estatales.
Ante este panorama, el Mufti (líder religioso) de Akkar, Sheikh Zaid Bakkar Zakaria, subrayó que prolongar el vacío devastador para Líbano, demorar la elección presidencial y la formación de un nuevo gobierno contribuyen intencional o no a debilitar el papel del Estado y los intereses del pueblo.
Sobre este tema, Zakaria recalcó en la urgencia de la cooperación para superar las difíciles circunstancias del país y dejar a un lado consideraciones individuales y colocar a la nación por encima de todo.
En esta línea de pensamiento, el jefe del Comité de la Sharia (ley islámica) en el movimiento Hizbulah, Muhammad Yazbek, enfatizó la importancia del diálogo entre los libaneses para romper el estancamiento y elegir un presidente de la República capaz de aglutinar y reconciliar la situación.
Ningún candidato de la comunidad cristiana maronita recibió el respaldo de la mayoría parlamentaria en la décima sesión del pasado 15 de diciembre, en una repetición de las anteriores desde el inicio de las convocatorias a fines de septiembre.
Bajo un gobierno interino de limitados poderes constitucionales y a la luz de la peor crisis económica de su época moderna, Líbano intenta designar al jefe de Estado número 14 después de la independencia, tras la conclusión de seis años de mandato de Michel Aoun.
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