Es así que, desde diferentes plataformas, sobre todo digitales, proliferan las expresiones para recordar a quien fue el principal exponente latinoamericano del realismo mágico.
Nació en Aracataca (municipio del norte de Colombia), polvoriento pueblo de la costa atlántica colombiana, en medio de la más voraz miseria y abandono del gobierno nacional. Dicha población olvidada por Dios y por el Estado, fue universalizada desde la literatura con el nombre de Macondo, así lo relata el periodista Nelson Lombana.
El movimiento literario creado por él, busca acercar o “combinar” la realidad con la fantasía. De alguna manera, retrata la realidad del pueblo colombiano y latinoamericano, sumergido en la adversidad socio económico con una minoría cargada de dinero y una mayoría acosada por la pobreza galopante, apunta.
La realidad se confunde con la fantasía y la fantasía con la realidad, permanentemente en sus obras. La mejor manera de recordarlo en su onomástico es leyéndolo o releyéndolo con espíritu crítico y creativo, significa Lombana en un artículo publicado en el sitio web del Partido Comunista Colombiano.
En el año 2007 una de sus obras cumbres, Cien años de soledad, fue presentada en una edición popular conmemorativa por parte de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española en el 40 aniversario de su primera publicación (1967-2007).
Con esta presentación se le presentó un homenaje a la obra literaria de Gabo –fallecido en 2014 en México- ya que la novela está considerada parte de los grandes clásicos hispánicos de todos los tiempos.
Sus letras lo hicieron inmortal y siempre lo recordamos con un gran orgullo todos los colombianos. Gabriel García Márquez, el nombre que engalana la literatura global y vivirá por siempre en nuestros corazones, expresa Virna Johnson, alcaldesa de la ciudad de Santa Marta.
Desde la cuenta en Twitter de la Feria Internacional del Libro de Bogotá, este viernes le rindieron homenaje con una de sus frases: «La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado».
ga/mfb