Tras varias semanas de paros frecuentes entre los sindicatos de los empleados ferroviarios, enfermeros, personal de ambulancias y otros trabajadores, el Gobierno de este país europeo propuso ante la Cámara de los Comunes el polémico proyecto.
Según el ministro de Empresas, Grant Shapps, la legislación colocaría a Reino Unido en línea con países europeos modernos como Francia, España, Italia y Alemania, en tanto aspira a garantizar la seguridad de los ciudadanos ante huelgas como la convocada mañana por trabajadores de ambulancias.
«Los miembros de la oposición que se oponen a los niveles mínimos de seguridad tienen que explicar a sus votantes que si sufren un ataque al corazón, una embolia o una dolencia que amenaza a su vida en una jornada de huelga no se habrán fijado unos estándares mínimos», argumentó.
El proyecto legislativo recibió fuertes críticas de los sindicatos y la oposición laborista, lo que supone una mala señal de cara al camino que deberá transitar en la tramitación parlamentaria.
Específicamente la vicelíder laborista, Angela Rayner, aseguró que los países europeos que el Gobierno toma como ejemplo «pierden muchos más días por huelgas que el Reino Unido» e instó a que hable con sus dirigentes gubernamentales y sindicales para aprender alguna lección real.
Por su parte, el secretario general de la Federación de Sindicatos, Paul Nowak, alertó por su parte que la ley «prolongará las disputas y envenenará las relaciones laborales, lo que llevará a huelgas más frecuentes».
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