El 48,5 por ciento de los encuestados valora de positiva la gestión de los partidos conservadores, que junto al socialdemócrata lideran el ejecutivo germano.
Los primeros son las uniones Demócrata Cristiana (CDU) y Social Cristiana (CSU), formaciones políticas que recibieron la aprobación del 33,5 por ciento de los consultados, un incremento de cinco puntos con respecto a la semana anterior.
Tales resultados proporcionarían a la llamada gran coalición una mayoría parlamentaria si las elecciones tuvieran lugar el próximo domingo, situación que no se registraba desde principios de julio de 2018.
Los comicios legislativos tendrán lugar el próximo año y según el director del instituto demoscópico Insa, Hermann Binkert, entidad que aplicó la pesquisa, el ascenso en las encuestas de la coalición en el poder se debe a la aceptación popular a la campaña gubernamental contra la Covid-19.
A la zaga en el estudio se ubica el partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), con el 12 por ciento, mientras que el Partido Liberal (FDP) obtuvo el 6,5 en las preferencias de los votantes.
Desde 2013 el AfD, fuerza política abiertamente xenófoba, experimentó un auge en el entorno político del país hasta que en febrero pasado varios partidos cerraran filas para oponérsele. La crisis política desatada en el estado federado de Turingia, luego de la elección de Thomas Kemmerich para el cargo de primer ministro, gracias al apoyo de los ultraderechistas, fue el detonante para tal decisión.
Ángela Merkel, canciller federal, canceló dichos resultados electorales y fueron efectuados nuevos comicios en los que resultó electo Bodo Ramelow, del izquierdista partido Die Linke.
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