Medidas de distintos tipos, sobre todo en Europa, marcan el panorama que los analistas no ven con buenos ojos para un inicio de año sin luz al final del túnel. Esta semana, los precios del petróleo subieron a pesar de que los participantes en el mercado se vieron arrastrados en diferentes direcciones por una inesperada acumulación de inventarios de crudo y combustible en Estados Unidos, la incertidumbre económica mundial y la reapertura de la economía china.
Según la Administración de Información de Energía (IEA), los inventarios estadounidenses de crudo aumentaron en 19,0 millones de barriles en la semana.
Los analistas esperaban un descenso de las reservas de crudo. El mercado del petróleo se aprecia arrastrado a la caída por el temor a que el aumento de las tasas de interés para frenar la inflación desencadene una recesión y reduzca la demanda de combustible.
Si la inflación se sitúa por debajo de las expectativas, el dólar caerá, consideran los entendidos. Un dólar más débil puede impulsar la demanda de petróleo, ya que abarata la materia prima para los compradores que tienen otras divisas.
Los precios no se dispararon propiamente, pero recibieron cierto apoyo de las esperanzas de crecimiento de la demanda de combustible en China (el segundo mayor consumidor de petróleo del mundo después de Estados Unidos) luego de que Beijing suavizó sus restricciones por la Covid-19 y aumentó las cuotas de importación de crudo en 20 por ciento.
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