Solo en la primera semana de 2023 se registraron más de 20 de estos siniestros y hay varios focos registrados en el interior del país.
Las altas temperaturas predominantes y la falta de precipitaciones, como parte de una sequía que remonta por tres años, integran el caldo de cultivo para la propagación de fuegos en las áreas boscosas y pastizales.
Es por ello que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) hizo una serie de recomendaciones a la población con fines de prevención y concientización sobre los daños que provocan las llamas. Disponer de reservorios de agua a mano, extremar los cuidados con la maquinaria agrícola y forestal, evitar la acumulación de restos de poda y todo material combustible forman parte de las instrucciones.
El MGAP recordó que hasta el 30 de abril está prohibido realizar fuegos y quemas al aire libre.
La sequía está provocando dificultades a los agricultores, muchos de ellos en víspera de cosecha de frutos y vegetales. Por su parte los ganaderos resienten la baja en la producción lechera e incluso la muerte de animales.
Los productores de arroz tampoco escapan a las afectaciones, que incluyen el aumento de los costos de producción.
Uruguay está en negociaciones para importar energía eléctrica desde Brasil.
Sus hidroeléctricas disponen de bajos cauces y el encendido de las plantas termoeléctricas de respaldo le cuestan al país más de un millón de dólares diarios en gasoil.
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