Tedros Adhanom, director general de la OMS, anunció la puesta en marcha de un plan para hacer algo similar en cuanto a la producción de inmunógenos contra esa enfermedad, tal como se hizo con el virus SARS-CoV-2, causante de la Covid-19.
El mecanismo denominado Consejo Acelerador de Vacunas contra la Tuberculosis deberá agilizar la coordinación entre financiadores, organismos mundiales, gobiernos y pacientes para identificar y superar los obstáculos para este empeño, explicó.
Adhanom precisó que al igual que con la Covid-19 hay que llevar a cabo intervenciones sanitarias innovadoras, las cuales pueden materializarse a partir de la voluntad política y un adecuado financiamiento.
Hay que acelerar la ciencia, la investigación, la innovación e inversión pública, además del compromiso del sector privado y las comunidades, puntualizó.
Adhanom destacó que existen al menos 16 vacunas candidatas en fase de desarrollo, y lamento que desde hace 100 años no se autoriza ninguna.
Recordó que “la BCG es actualmente la única vacuna autorizada contra la enfermedad, y aunque ofrece una eficacia moderada en la prevención de formas graves de tuberculosis en lactantes y niños pequeños, no protege adecuadamente a los adolescentes y adultos, que representan cerca del 90 por ciento de los casos en todo el mundo”.
En 2021, más de 10 millones de personas enfermaron con dicha dolencia, y a pesar de ser prevenible y curable, alrededor de 1,5 millones de individuos pierden la vida a causa de esta cada año, lo que la convierte en la principal causa de muerte infecciosa en el mundo.
De acuerdo con la literatura médica, la tuberculosis está causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis y suele afectar a los pulmones.
La misma se propaga por el aire cuando las personas tosen, estornudan o escupen.
Es la principal causa de muerte entre las personas con VIH y también una de las principales responsables de la resistencia a los antimicrobianos. La mayoría de las personas que enferman de tuberculosis viven en países de ingresos bajos y medios, pero está presente en todo el mundo.
“Aproximadamente la mitad de las personas con esta enfermedad se encuentran en ocho países: Bangladesh, China, India, Indonesia, Nigeria, Pakistán, Filipinas y Sudáfrica”, señaló la OMS.
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