Fuentes periodísticos de ese territorio dieron cuenta también de otros incidentes entre las poblaciones puneñas y fuerzas policiales y del abandono de comisarías ante el asedio popular.
Precisaron que en la ciudad peruana de Desaguadero, homónima de la fronteriza del lado boliviano, la población tomó el Centro Binacional de Atención en Frontera (Cebaf) y prendió fuego a ese recinto en el que funcionan los servicios aduaneros, sanitarios y migratorios para el comercio bilateral.
Los informes añaden que los manifestantes mantenían al atardecer bajo asedio a la comisaría de Desaguadero y la localidad puneña de Zepita. La estación policial fue incendiada después que los oficiales que la ocupaban la abandonaron ante la presión de la protesta.
En la ciudad de Huancané, los policías también abandonaron la comisaría y buscaron refugio en el cuartel del Ejército, señalan los reportes, que dieron cuenta de disturbios otras zonas de Puno, como el distrito de Platería y la provincia de Chucuito.
En la localidad de Macusani, murieron ayer dos civiles, en el ataque de manifestantes a la comisaría del local, según versión policial.
Otros informes sostienen que la mujer fue ultimada por la Policía antes del anochecer, lo que indignó la población, y provocó el asedio a la estación policial hasta que dos helicópteros llegaron y evacuaron a los policías cercados y los civiles la incendiaron.
Puno es el principal bastión de las protestas iniciadas en diciembre pasado tras la destitución y prisión del presidente Pedro Castillo, el 7 de diciembre y que, tras unas semanas de tregua tácita, se reanudaron el 4 de enero.
El saldo fatal de las protestas alcanzó hoy, con las dos muertes de Macusani, un total de 44 civiles -22 en Puno- y un policía ultimados durante disturbios. A la nómina fatal se agregan nueve civiles que perecieron en accidentes relacionados con expresiones de descontento, como bloqueos de carreteras, tomas de aeropuertos y otras instalaciones, huegas y marchas.
Los manifestantes exigen la renuncia de la presidenta Dina Boluarte y su reemplazo por un legislador de consenso y neutral, así como elecciones adelantadas este año, que incluyan un referdo que decida si debe convocarse o no una asamblea constituyente.
La mandataria se niega a dimitir pese a que se lo piden la Asamblea Nacional de Gobernadores Regionales, partidos progresistas y otras personalidades y organizaciones, así como los participantes llegados del interior ayer en Lima en una manifestación.
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