La víspera, en entrevista con el diario Folha de Sao Paulo, el titular del Exterior brasileño enfatizó que un acuerdo independiente de Uruguay con China «destruiría el bloque» del Mercado Común del Sur.
«Si negocias en el exterior, destruyes el arancel (externo común). Tenemos que examinarlo, porque el Mercosur no es el mismo que era en el momento de su creación. Hay que ver las necesidades de cada uno y las asimetrías que existen», dijo.
Las afirmaciones de Vieira ocurren a poco de la visita oficial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, que tendrá lugar en esta capital el 25 de enero.
Y aunque el canciller de Brasil dejó entrever la posibilidad de negociar el entuerto, lo cierto es que el mensaje resulta un adelanto de la postura que trae Lula en cartera.
Ello quedó evidenciado también en el artículo conjunto con su par argentino Alberto Fernández, divulgado con motivo de la visita oficial del brasileño a Argentina, vista como un retorno a los lazos estratégicos bilaterales y con foco en la integración económica.
Ambos mandataros defendieron al Mercosur como «plataforma para nuestra integración efectiva al mundo, a través de la negociación conjunta de acuerdos comerciales equilibrados que respondan a nuestros objetivos estratégicos de desarrollo».
Uruguay negocia un acuerdo de libre comercio con China y el Tratado Transpacífico por fuera de las normas del Mercosur, lo cual fue punto de desencuentro con Argentina en la última cumbre del bloque celebrada a fines de 2022 en Montevideo.
Brasil tampoco comulga con la postura aperturista de Uruguay, pero busca mediar y conseguir una solución al desacuerdo.
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